Una banda mixta de santiagueños y porteños “volteó” al ingeniero Baumann: inhibidor, logística y seguimiento
Hay tres presos, pero subsisten más dudas que certezas. ¿Suerte, voleo, o un trabajo por encargo?
El ingeniero Sergio Alberto Baumann habría sido despojado de $ 61.000.000 y U$S 2.000, desde su 4×4 estacionada, tras ser seguido en un automóvil y valiéndose del uso de un inhibidor a cargo de al menos cuatro personas, una de ellas porteña.
Ello se desprende de la incipiente investigación que desvela a la fiscal, Celia Mussi, quien golpeó fuerte el jueves y viernes, merced a allanamientos refrendados por la jueza de Control y Garantías, María Pía Danielsen.
Pese al hermetismo absoluto, trascendió que el jueves 21 de agosto Baumann estacionó su camioneta en Olaechea casi frente a Sanidad Policial. Bajó y activó la seguridad, al menos es lo que dedujo.
Los videos, clave
Mientras él se marchaba a un bar, dos sujetos descendieron de un auto Volkswagen Fox y caminaron directo a la 4×4. El hombre activó un inhibidor, abrió la puerta del vehículo y lo desvalijó, es decir extrajo dinero y todo cuanto encontró a su paso.
Consumado el robo, las cámaras de las propiedades guiaron posteriormente al personal policial y lo llevó hacia una casa de calle Antenor Álvarez Nº 1405 del Bº Juan Domingo Perón.
Allí, los policías secuestraron el coche y parte del botín. Sin titubear, quedó detenida Graciela del Valle Carrizo, domiciliada en la provincia de Buenos Aires y un “amigo”, cuya identidad no se filtró. El tercer detenido sería Clemente Lisandro Carrizo, apodado “Cacho”, de ocupación remisero.
Una banda y el marcador
Con tres enrejados, Mussi y los investigadores van ahora por el resto de la supuesta banda. Este fin de semana, la policía indagó en las relaciones humanas, en busca de una triangulación que provea la respuesta al enigma del millón: ¿Por qué Baumann? y ¿quién lo habría marcado?
Desde el jueves, los expertos policiales en tecnología buscan en los celulares. La información va y viene, como los entrecruzamientos de información con sus pares de Buenos Aires, sobre las actividades de la pareja porteña y viajes, en especial, a Santiago del Estero.
Aún sin respuestas concluyentes, Mussi sospecha que alguien “encargó” el golpe, pero aún goza del anonimato. De destrabarse aquella incógnita, fantasean los policías, surgirían más nombres con los cuales sacar a la superficie la logística, roles y lo crucial: confirmar que los tres acusados actuaron solos, o bien movilizados por un “trabajo” obviamente sujeto a una jugosa gratificación y de varios ceros.
¿Ingenio, recursos y logística solo en los tres sospechosos, o los cerebros están aún fuera?
Mientras son escritas estas líneas, la policía “peina” varios barrios de La Banda. La empuja el convencimiento de que los tres acusados adolecen de ingenio, recursos, y logística para caerle a Baumann, en el lugar exacto de su estacionamiento.
Tanta suerte dista de la picardía, audacia y conocimientos, necesarios en el submundo delictivo y así hacerse merecedor, dicho con ironía en modo delictivo, de un botín de ensueño.
Qué es un inhibidor
Por ejemplo, los sabuesos profundizan en el inhibidor usado. “Un inhibidor de vehículos (también llamado inhibidor de señal) es un dispositivo electrónico que emite una señal de radio para bloquear o interferir con las frecuencias utilizadas por los controles remotos de los autos. Su objetivo es evitar que las puertas se cierren y la alarma se active correctamente, permitiendo a los delincuentes abrir el vehículo y robar su contenido sin forzar nada”, destaca el “manual de estilo”.
Por si fuese insuficiente, también todavía no pudo establecerse qué pasó con el fuerte del botín. Dos sobres con documentos y uno que contenía $ 61.000.000 y U$S 2.000, una mochila, tecnología, ropa y alimentos.