Arranca un test complejo para el mercado cambiario: sin liquidación del agro y con la presión preelectoral
El Gobierno enfrenta el desafío apostando a altas tasas de interés y absorbiendo rápidamente el excedente de pesos. Advierten que las reservas netas volvieron a ser negativas por cerca de USD 8.000 millones
La liquidación final de divisas del agro para aprovechar la baja temporal de retenciones gatilló una importante caída del tipo de cambio oficial, que pasó ayer de $1.300 a $1.275, una caída de 1,4%. Los dólares financieros también operaron en baja y cerraron incluso debajo de estos niveles.
Pero a partir de hoy arranca otra historia, ya que el campo prácticamente dejará de liquidar porque desaparecen las ventajas impositivas y se espera un aumento de la demanda de dólares por dolarización de carteras. De hecho, el atesoramiento del público se mantiene firme en niveles de USD 2.000 millones desde abril, cuando se liberó parcialmente el cepo.
No sería extraño incluso que esta cifra aumente desde agosto, ante la cercanía de los comicios en la provincia de Buenos Aires, que se realizarán el 7 de septiembre. De hecho, los inversores consideran esta elección como clave para conocer hasta dónde llega el crecimiento de La Libertad Avanza, que en este caso va en conjunto con el PRO con la clara intención de ganar en el principal distrito kirchnerista.
Fundación Capital, por ejemplo, consideró que las chances de que el dólar oficial vaya al techo de la banda son del 50%, es decir elevadas. Los motivos están relacionados justamente con estos dos factores que confluyen: una reducción de la oferta y un aumento en paralelo de la demanda.
Ya descartada totalmente la posibilidad de que el dólar vaya a buscar el piso de la banda cambiaria, como era el plan original del equipo económico, ahora la pregunta es si mantendrá su tendencia alcista hasta niveles de $1.450. Si bien la respuesta no es para nada clara, sí hay una certeza de un desbalance en el flujo de dólares que juega negativamente en el tercer trimestre. Siempre sucede por motivos estacionales y ahora se suma la variable electoral.
Otro problema que enfrenta el Gobierno está relacionado con la acumulación de reservas. Hubo colocación de BONTE 2030 en pesos pero suscripto en moneda extranjera. Si bien se acumularon USD 1.500 millones, no parece ser un instrumento en el corto plazo que permita nuevas operaciones en medio de un aumento de tasas. El plan original del equipo económico era captar hasta USD 7.000 millones hasta fin de año. Hoy luce un objetivo muy difícil.
Por otra parte el Tesoro estuvo haciendo compras en bloque de dólares, con lo que consiguió USD 600 millones. Las reservas repuntaron hasta los USD 40.500 millones, pero la situación sigue siendo muy ajustada. Carlos Melconian estimó que “las reservas netas son negativas en USD 8.000 millones, es decir solo USD 3.000 millones más de los que dejó Massa. Y no veo que esto vaya a cambiar sustancialmente hasta fin de año”.
Para fin de mes llegaría un nuevo desembolso del FMI por USD 2.000 millones, de la mando de la aprobación de las metas trimestrales por parte del organismo. Todavía hay discusiones por los problemas que enfrentó el equipo económico para acumular reservas.
El Gobierno ya mostró cuáles son las herramientas que tiene para defenderse. Por un lado, incrementó su actividad en dólar futuro, tanto para fines de julio como de agosto. De esta manera, busca canalizar parte de la demanda de divisas en el contado, ofreciendo cobertura barata para las empresas y los inversores en general.
Pero lo más relevante en esta etapa es el aumento de las tasas de interés, que se pusieron fuertemente positivas sobre todo luego de la última licitación de títulos efectuados por el Tesoro.
Con el objetivo de reducir la cantidad de pesos tras la eliminación de las LEFI, el Tesoro salió a pagar tasas superiores al 45% anual, o 2,9% mensual, por las Lecap de corto plazo. Al mismo tiempo, el Central salió a absorber pesos con pases pasivos. Y este círculo quedará completo con el aumento de encajes para depósitos a la vista de fondos de inversión a partir del 1 de agosto.
Con tasas muy altas y una política muy restrictiva de circulación de pesos, el objetivo es ahogar cualquier intento de presión sobre el tipo de cambio.
En las próximas semanas quedará más claro si alcanza o si el mercado espera un tipo de cambio más alto al actual, tal vez más cerca de $ 1.400, para volver a apostar por las tasas en pesos, que ahora le ganan por amplio margen a la inflación.